jueves, 27 de junio de 2013

La flauta azul mágica

En el mundo del Sol, vivía un hada llamada Priscila que tocaba maravillosamente todos los instrumentos que llegaban a sus manos.
Cuándo había dejado de dormir con las haditas bebes, la reina Marian le había obsequiado con una flauta azul echa del mejor bambú y de la mejor caña, tenía diez agujeros y su sonido era envolvente.
La reina le había pedido que para el compromiso de boda de su hijo Romualdo tocará y amenizara  la velada para todos sus asistentes en el bosque,  Romualdo se iba a casar con su prometida  Anastasia, que era famosa por ser una gran inventora.
Así que como estaba muy contenta ante tal honor, decidió ir a preparar su actuación para ello entro en la casa del señor Topo que estaba debajo de tierra, porque este le  había pedido prestado el instrumento para dar clase a sus alumnos de música.
-¡Hola señor, Topito!
-¡Hola hadita, Priscila! ya me he enterado de la noticia de que vas a tocar en la fiesta del hijo de la reina, no se habla de otra cosa en el bosque.
-Sí, estoy muy contenta, por eso quiero que me devuelvas mi flauta para poder ensayar.
-Claro, murmuro, ¿Por qué lo que tú quieres es tu flauta, verdad?
-Sí, ¿Qué otra cosa voy a querer?

-¡Hay no me digas que la has perdido! , ya me advirtió mi amigo Lolito que no te prestara nada.
Y se sentó en la  pequeña silla del comedor del señor Topo, mientras intentaba reponerse del gran disgusto.
-¿Cómo paso, y cuándo?, pregunto Priscila
-Pues fue ayer por la noche, estaba  ensayando  con mis alumnos, todo iba bien,  estábamos cantando una canción preciosa.
-Cuándo paso una luciérnaga, y al soltarla se la llevo.
-¡Hay que desastre!
-¡Seré el hazme reír de todo el mundo!, la fiesta de la reina será un desastre, todos me odiaran.
Y junto sus manitas, se cubrió con ellas su amarillenta cara y comenzó a llorar sin consuelo.
 -No me gusta verte así y más sabiendo que es por mi culpa, te acompañare e iremos a buscar tu flauta y la traeremos para que  puedas  tocar en la fiesta.
-¿Y donde tenemos que ir?
-Creo que la luciérnaga vive por aquí al final de la colina, le podemos pedir al señor búho que nos lleve hasta allí.
-¡Señor Búho! , gritaron los dos
-¿Qué os pasa?

-Pues que el Señor Topo, ha perdido mi flauta y esta noche tengo mi gran actuación en la fiesta de compromiso del hijo de la reina.
-Entonces no tenemos tiempo que perder subiros, pero antes necesito saber hacia dónde nos dirigimos.
-Vamos a la ciudad que tienen las luciérnagas, allá al final del lago. Es que creo que hay tienen mi adorada flauta, ¡espero que no la hayan roto!
En unos quince minutos el señor Búho, los llevo al lugar donde viven en el bosque las luciérnagas. Fue fácil encontrarlo, ya que había  muchas lucecita pequeñas  por todos sitios que no paraban de trabajar incansablemente.
-Ya hemos llegado, dijo el señor Búho
-Lamentablemente me tengo que ir, porque nosotros también vamos a la fiesta y vamos a  bailar y tenemos que preparar la coreografía para poder actuar ante los invitados.
-No pasa nada, dijo el señor topo, yo he cometido el error y yo lo arreglare.
-Caminaron un poco y llegaron a la ciudad de las luciérnagas, en la puerta había una vigilante.
-¡Alto! Identifíquense, ¿Quiénes son y qué es lo que quieren?
-Venimos a recuperar una flauta que ha sido sustraído durante mi clase nocturna de música con mis alumnos lo topitos, es que la necesitamos cuanto antes.
-Está bien
 Acto seguido puso sus patitas en forma de altavoz y grito
-¡Tenemos un XX12!, atención tenemos un XX12
De repente aparecieron dos moscas fuertes y robustas, vestidas todas de negro con gafas de sol  de color gris.
-Yo soy el agente  Incordio y este es mi compañero pegajoso, será mejor que nos acompañéis.
Y los pasaron a su sala que estaba llenas de excrementos, la hadita Priscila se tapo la nariz y el señor Topo cogió de su bolso dos pinzas para la nariz y se la dio a su amiga y la otra se la puso él.
-Cómo le estaba  diciendo a la luciérnaga que tienen en la puerta, ayer por la noche me robaron la flauta de mí querida amiga el hada de la música Priscila aquí presente, y fue una luciérnaga vestida de marrón.

-Ya sé quién es, dijo el agente incordio, mira que le dije que no hiciera estas cosas.
-Ha sido la señora luciérnaga lucecita, que me comento algo.
-¡En que estaba pensando!, acompañarme que os llevare con ella.
Fueron a una casita que tenia la puerta rosa, llamo el agente y salió una señora luciérnaga toda vestida de marrón. Al mirar al señor Topo y reconocerlo cerró rápidamente la puerta:
-o abres la puerta o te detendré,
 Dijo el agente mosca todo enfadado.
Abrió la puerta llorando,
- lo siento, de verdad que, no lo hice con maldad lo aseguro.
-¿Dónde está mi flauta?, quiero mi flauta, fue un regalo de la reina la necesito para esta noche.
-Pasad, ¿queréis una taza de miel?
- No, no queremos nada, dijo Priscila toda furiosa, solo quiero mi flauta y ya está.
-Yo tomare una taza dijo el señor Topo, pero eso si que lleve un poco de flores aromáticas la miel sola no me gusta.
-Otra taza para mi, lucecita cuéntanos que es lo que has hecho con la flauta.
-Bien como sabes, yo tengo una pandilla con mis cinco  amigas que nos dedicamos a ayudar a todas las criaturas del bosque.
-Sí, ya se, las damas de la bondad, se llama, ¿no?
-Eso es, salí con las chicas, cuando vi a un perrito adorable, era un cachorrito que estaba perdido se llamaba Timbo.
-¿Me pueden ayudar?  Me he perdido había salido con el abuelo de la niña de la que soy su perrito, y no se ahora volver porque hace muy  poquito que me han comprado.
Lily la otra compañera, se acercó y poniendo sus anteojos, pudo ver la dirección de dónde vivía el pequeño perrito.
-No queda muy lejos, vamos a acompañarte, pero en otra ocasión ten un poco de más cuidado.
-¿Y cómo es eso de vivir con los humanos?, pregunto Calista
-Pues está bien, yo había oído que depende de la familia que te compre, yo no me puedo quejar.
-Juego con los mellizos cada vez que quiero, como, salto y duermo en una gran cesta de color verde que lleva  bordada mi nombre.
-¿Entonces tus dueños son dos?, ¿no?
-¡Qué va!, mi dueña se  llama Sabina y tiene siete años, y todo el mundo va  a visitarla todo el rato, cuándo no son sus abuelos, son sus primos.  Ella me quiere mucho, y siempre me está todo el rato dándome besos y abrazos, pero como es demasiado pequeña, no me puede sacar a pasear. Y por eso lo a echo hoy su abuelo,  y también porque tiene que ir al médico, cada dos días.  Ayer precisamente  cuando llego me abrazó estaba triste , porque dice que no puede ir al cole ni a ningún sitio y siempre cuando va al médico , tiene que ir con unos pelos prestados en la cabeza , pero que a ella eso no le importa , porque así puede ir de incognito.
-Pero que echa mucho de menos una cosa, que es que a ella le encantaba la música.
-Por eso me he despistado un poco de su abuelo, cómo música no puedo darle, he decidido cortar algunas flores y llevárselas para darle una sorpresa.
-Pues tú no te preocupes, que nosotras te ayudaremos a coger flores para hacerle un gran ramo. Dijo Galilea
Después de coger rosas, margaritas, tulipanes y todas las flores que encontraron las  unieron y le ayudaron al perrito a llevarlas a su casa.
-Ya  allí, se despidieron y se pusieron en una esquina escondidas, y salió una niña muy delgadita pero muy guapa, que se alegro muchísimo al ver al Timbo y el ramo.
-¡Misión cumplida!, dijeron todas y se fueron todas a sus casitas.
-Ya en mi casa estuve pensado que estaría muy bien llevarle algo de música, después de todo mi padre sabe tocar un poco de música, así que como yo sabía donde daba las clases el señor Topo. Fui a pedir ayuda a los agentes, pero  ellos me advirtieron que tú nunca me la dejarías, y que no se me ocurriera ir a coger nada.
-Pero no pude dormir durante toda la noche, no hacía nada más que revolverme en mi hueco donde duermo. Y al final opte por saltarme la normas y fui volando a la clase del señor topo.
-Estaban preparando, una actuación musical para la fiesta.
-Nosotros los topitos, estamos muy contentos
Porque vemos muy feliz, a Anastasia y a Romualdo
Tralari, tralara, que bien que llego aquí la felicidad.
-Muy bien, dijo el Señor Topo
-Ahora vamos a ensayarla con la flauta de Priscila.
-Al escuchar ese sonido dulce, me emocione me sentí feliz y pensé en la niña, en lo contenta que se pondría, así que cuando soltó  el señor Topo su flauta aproveche y la cogí.
-El gritó, y sus alumnos intentaron golpearme.
Todos estaban llorando en la casita de lucecita,
-está bien, dijo Priscila. ¿Dónde vive esa niña?
Y después de entregarle su flauta, fueron a la casita de la niña.
Fueron casi todos, y como las moscas tenían  mucha fuerza, los dos agentes, pulsaron el timbre. Y la hadita entro, cuando salió la abuela Macarena que pensó que el timbre estaba roto.
Cuándo se fueron todos a la cama, la pequeña Sabina estaba con su camisón y se metió en su cama. En ese momento escucho un sonido muy dulce y muy bonito que provenía de la flauta de Priscila,  Mientras el señor Topo le cantaba  así:
-Del bosque hemos venido a tocarle esta canción
A la niña más buena y guapa que hay en toda la región.
Su papa y su mama la quieren y su perrito también
Todos estamos muy orgullosos de lo fuerte que está llegando a ser.

La niña que no sabía de dónde venía esa melodía aplaudió con sus manitas, y cuándo descubrió al hada y a la luciérnaga, al señor topo, y a los agentes. Pensó que era un sueño y se dispuso a bailar con ellos, y luego los despidió, porque ellos se tenían que ir a la fiesta.
Después de que terminara la fiesta de compromiso, de ya los príncipes Romualdo y Anastasia,  Priscila decidió volver a ir a visitar a la pequeña Sabina.
Ya en el filo de la ventana de su cuarto y después que esta se hubiera puesto su pijama como todas las noches, Priscila dejo una nota y su querida flauta en la ventana no sin abrazarla y contemplarla por última vez.
La niña a la mañana siguiente, cuando fue a respirar un poco de aire puro, vio la pequeña flauta y una nota que decía:
“Que el sonido de esta flauta, ilumine todos tus días y los llene de armonía”.






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