En el mundo del Sol, vivía un hada llamada
Priscila que tocaba maravillosamente todos los instrumentos que llegaban a sus
manos.
Cuándo había dejado de dormir con las haditas
bebes, la reina Marian le había obsequiado con una flauta azul echa del mejor
bambú y de la mejor caña, tenía diez agujeros y su sonido era envolvente.
La reina le había pedido que para el compromiso
de boda de su hijo Romualdo tocará y amenizara
la velada para todos sus asistentes en el bosque, Romualdo se iba a casar con su prometida Anastasia, que era famosa por ser una gran
inventora.
Así que como estaba muy contenta ante tal honor,
decidió ir a preparar su actuación para ello entro en la casa del señor Topo
que estaba debajo de tierra, porque este le había pedido prestado el instrumento para dar
clase a sus alumnos de música.
-¡Hola señor, Topito!
-¡Hola hadita, Priscila! ya me he enterado de
la noticia de que vas a tocar en la fiesta del hijo de la reina, no se habla de
otra cosa en el bosque.
-Sí, estoy muy contenta, por eso quiero que me
devuelvas mi flauta para poder ensayar.
-Claro, murmuro, ¿Por qué lo que tú quieres es
tu flauta, verdad?
-Sí, ¿Qué otra cosa voy a querer?
-¡Hay no me digas que la has perdido! , ya me
advirtió mi amigo Lolito que no te prestara nada.
Y se sentó en la pequeña silla del comedor del señor Topo,
mientras intentaba reponerse del gran disgusto.
-¿Cómo paso, y cuándo?, pregunto Priscila
-Pues fue ayer por la noche, estaba ensayando
con mis alumnos, todo iba bien, estábamos cantando una canción preciosa.
-Cuándo paso una luciérnaga, y al soltarla se
la llevo.
-¡Hay que desastre!
-¡Seré el hazme reír de todo el mundo!, la
fiesta de la reina será un desastre, todos me odiaran.
Y junto sus manitas, se cubrió con ellas su
amarillenta cara y comenzó a llorar sin consuelo.
-No me
gusta verte así y más sabiendo que es por mi culpa, te acompañare e iremos a buscar
tu flauta y la traeremos para que puedas
tocar en la fiesta.
-¿Y donde tenemos que ir?
-Creo que la luciérnaga vive por aquí al final
de la colina, le podemos pedir al señor búho que nos lleve hasta allí.
-¡Señor Búho! , gritaron los dos
-¿Qué os pasa?
-Pues que el Señor Topo, ha perdido mi flauta y
esta noche tengo mi gran actuación en la fiesta de compromiso del hijo de la
reina.
-Entonces no tenemos tiempo que perder subiros,
pero antes necesito saber hacia dónde nos dirigimos.
-Vamos a la ciudad que tienen las luciérnagas,
allá al final del lago. Es que creo que hay tienen mi adorada flauta, ¡espero
que no la hayan roto!
En unos quince minutos el señor Búho, los llevo
al lugar donde viven en el bosque las luciérnagas. Fue fácil encontrarlo, ya
que había muchas lucecita pequeñas por todos sitios que no paraban de trabajar
incansablemente.
-Ya hemos llegado, dijo el señor Búho
-Lamentablemente me tengo que ir, porque
nosotros también vamos a la fiesta y vamos a bailar y tenemos que preparar la coreografía para
poder actuar ante los invitados.
-No pasa nada, dijo el señor topo, yo he
cometido el error y yo lo arreglare.
-Caminaron un poco y llegaron a la ciudad de
las luciérnagas, en la puerta había una vigilante.
-¡Alto! Identifíquense, ¿Quiénes son y qué es
lo que quieren?
-Venimos a recuperar una flauta que ha sido
sustraído durante mi clase nocturna de música con mis alumnos lo topitos, es
que la necesitamos cuanto antes.
-Está bien
Acto
seguido puso sus patitas en forma de altavoz y grito
-¡Tenemos un XX12!, atención tenemos un XX12
De repente aparecieron dos moscas fuertes y
robustas, vestidas todas de negro con gafas de sol de color gris.
-Yo soy el agente Incordio y este es mi compañero pegajoso, será
mejor que nos acompañéis.
Y los pasaron a su sala que estaba llenas de
excrementos, la hadita Priscila se tapo la nariz y el señor Topo cogió de su
bolso dos pinzas para la nariz y se la dio a su amiga y la otra se la puso él.
-Cómo le estaba diciendo a la luciérnaga que tienen en la puerta,
ayer por la noche me robaron la flauta de mí querida amiga el hada de la música
Priscila aquí presente, y fue una luciérnaga vestida de marrón.
-Ya sé quién es, dijo el agente incordio, mira
que le dije que no hiciera estas cosas.
-Ha sido la señora luciérnaga lucecita, que me
comento algo.
-¡En que estaba pensando!, acompañarme que os
llevare con ella.
Fueron a una casita que tenia la puerta rosa,
llamo el agente y salió una señora luciérnaga toda vestida de marrón. Al mirar
al señor Topo y reconocerlo cerró rápidamente la puerta:
-o abres la puerta o te detendré,
Dijo el
agente mosca todo enfadado.
Abrió la puerta llorando,
- lo siento, de verdad que, no lo hice con
maldad lo aseguro.
-¿Dónde está mi flauta?, quiero mi flauta, fue
un regalo de la reina la necesito para esta noche.
-Pasad, ¿queréis una taza de miel?
- No, no queremos nada, dijo Priscila toda furiosa,
solo quiero mi flauta y ya está.
-Yo tomare una taza dijo el señor Topo, pero
eso si que lleve un poco de flores aromáticas la miel sola no me gusta.
-Otra taza para mi, lucecita cuéntanos que es
lo que has hecho con la flauta.
-Bien como sabes, yo tengo una pandilla con mis
cinco amigas que nos dedicamos a ayudar
a todas las criaturas del bosque.
-Sí, ya se, las damas de la bondad, se llama,
¿no?
-Eso es, salí con las chicas, cuando vi a un
perrito adorable, era un cachorrito que estaba perdido se llamaba Timbo.
-¿Me pueden ayudar? Me he perdido había salido con el abuelo de
la niña de la que soy su perrito, y no se ahora volver porque hace muy poquito que me han comprado.
Lily la otra compañera, se acercó y poniendo
sus anteojos, pudo ver la dirección de dónde vivía el pequeño perrito.
-No queda muy lejos, vamos a acompañarte, pero
en otra ocasión ten un poco de más cuidado.
-¿Y cómo es eso de vivir con los humanos?,
pregunto Calista
-Pues está bien, yo había oído que depende de
la familia que te compre, yo no me puedo quejar.
-Juego con los mellizos cada vez que quiero, como,
salto y duermo en una gran cesta de color verde que lleva bordada mi nombre.
-¿Entonces tus dueños son dos?, ¿no?
-¡Qué va!, mi dueña se llama Sabina y tiene siete años, y todo el
mundo va a visitarla todo el rato,
cuándo no son sus abuelos, son sus primos.
Ella me quiere mucho, y siempre me está todo el rato dándome besos y
abrazos, pero como es demasiado pequeña, no me puede sacar a pasear. Y por eso
lo a echo hoy su abuelo, y también porque
tiene que ir al médico, cada dos días.
Ayer precisamente cuando llego me
abrazó estaba triste , porque dice que no puede ir al cole ni a ningún sitio y
siempre cuando va al médico , tiene que ir con unos pelos prestados en la
cabeza , pero que a ella eso no le importa , porque así puede ir de incognito.
-Pero que echa mucho de menos una cosa, que es
que a ella le encantaba la música.
-Por eso me he despistado un poco de su abuelo,
cómo música no puedo darle, he decidido cortar algunas flores y llevárselas
para darle una sorpresa.
-Pues tú no te preocupes, que nosotras te
ayudaremos a coger flores para hacerle un gran ramo. Dijo Galilea
Después de coger rosas, margaritas, tulipanes y
todas las flores que encontraron las
unieron y le ayudaron al perrito a llevarlas a su casa.
-Ya
allí, se despidieron y se pusieron en una esquina escondidas, y salió
una niña muy delgadita pero muy guapa, que se alegro muchísimo al ver al Timbo
y el ramo.
-¡Misión cumplida!, dijeron todas y se fueron
todas a sus casitas.
-Ya en mi casa estuve pensado que estaría muy
bien llevarle algo de música, después de todo mi padre sabe tocar un poco de
música, así que como yo sabía donde daba las clases el señor Topo. Fui a pedir
ayuda a los agentes, pero ellos me
advirtieron que tú nunca me la dejarías, y que no se me ocurriera ir a coger nada.
-Pero no pude dormir durante toda la noche, no
hacía nada más que revolverme en mi hueco donde duermo. Y al final opte por
saltarme la normas y fui volando a la clase del señor topo.
-Estaban preparando, una actuación musical para
la fiesta.
-Nosotros
los topitos, estamos muy contentos
Porque
vemos muy feliz, a Anastasia y a Romualdo
Tralari,
tralara, que bien que llego aquí la felicidad.
-Muy bien, dijo el Señor Topo
-Ahora vamos a ensayarla con la flauta de
Priscila.
-Al escuchar ese sonido dulce, me emocione me
sentí feliz y pensé en la niña, en lo contenta que se pondría, así que cuando
soltó el señor Topo su flauta aproveche
y la cogí.
-El gritó, y sus alumnos intentaron golpearme.
Todos estaban llorando en la casita de lucecita,
-está bien, dijo Priscila. ¿Dónde vive esa niña?
Y después de entregarle su flauta, fueron a la
casita de la niña.
Fueron casi todos, y como las moscas tenían mucha fuerza, los dos agentes, pulsaron el
timbre. Y la hadita entro, cuando salió la abuela Macarena que pensó que el
timbre estaba roto.
Cuándo se fueron todos a la cama, la pequeña
Sabina estaba con su camisón y se metió en su cama. En ese momento escucho un sonido
muy dulce y muy bonito que provenía de la flauta de Priscila, Mientras el señor Topo le cantaba así:
-Del bosque hemos venido a tocarle esta canción
A la niña más buena y guapa que hay en toda la
región.
Su papa y su mama la quieren y su perrito también
Todos estamos muy orgullosos de lo fuerte que
está llegando a ser.
La niña que no sabía de dónde venía esa melodía
aplaudió con sus manitas, y cuándo descubrió al hada y a la luciérnaga, al
señor topo, y a los agentes. Pensó que era un sueño y se dispuso a bailar con
ellos, y luego los despidió, porque ellos se tenían que ir a la fiesta.
Después de que terminara la fiesta de compromiso,
de ya los príncipes Romualdo y Anastasia,
Priscila decidió volver a ir a visitar a la pequeña Sabina.
Ya en el filo de la ventana de su cuarto y
después que esta se hubiera puesto su pijama como todas las noches, Priscila
dejo una nota y su querida flauta en la ventana no sin abrazarla y contemplarla
por última vez.
La niña a la mañana siguiente, cuando fue a
respirar un poco de aire puro, vio la pequeña flauta y una nota que decía:
“Que el
sonido de esta flauta, ilumine todos tus días y los llene de armonía”.
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